Hoy confesaré que soy una mujer ordinaria y me quiero casar.
Con un vestido blanco pasteloso, una tarta de merengue y mi principe azul en un córcel...
Corrección: con un vestido blanco sencillo, un pastel (no se pq escribí tarta arriba) sin merengue, el merengue ni me gusta, y mi principe color carne y hueso en una limo blanca...
Corrección: puede ser cualquier carro.
Corrección: cualquier carro, que este bonito.
Me da un poco de pena admitirlo... Más que todo porque cacheteo a las chicas de la nueva generación, esas que dicen que no se quieren casar, que no les hace falta una pareja para ser feliz...que están completas solas... esas que por dentro yo se que lo anhelan como yo.
Que puedo hacer? Finalmente tengo el corazón de una nena y eso no lo puedo cambiar.
En fin... no tiene nada de malo, o si?

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