...Recuerdo aquel joven de color quien cauteloso y serio se acerco a mi en la tienda de artesanías en la ciudad de Pittsburgh, Pennsylvania y me dijo:
Excuse m'am. You are very beautiful.
Sólo sonreí y supongo me sonroje. Le dí las gracias y me fui.
No es que me clave con las cosas, sólo me hicieron sentir linda... ¿a quién no le gusta sentirse bello?
El laberinto de vanidad.... No tiene solución.
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